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Historia de Estambul 2017-08-17T13:06:07+00:00

El Estrecho de Bósforo divide la ciudad de Estambul en dos partes – la asiática y la europea. Por este motivo desde tiempos remotos la ciudad era el vínculo natural entre el este y el oeste, así como entre el norte y el sur.

Las civilizaciones de Asia y de Europa, y también la vida económica entre el Mar Mediterráneo y el Mar Negro contribuyeron en la historia prodigiosa de esta ciudad más grande de Turquía, la que fue proclamada la capital del Imperio Romano de Oriente y, unos siglos después, del Imperio Otomano.  Su posición privilegiada le permitía controlar los caminos entre los continentes y también las vías marítimas entre dos mares, lo que contribuyó a su papel importante durante la época medieval, mientras que el desequilibrio político, económico, comercial y demográfico estaba gradualmente destruyendo la parte occidental del Imperio Romano.

La historia de Estambul empezó en el año 667 a.C., cuando los colonos griegos de Megara encabezados por el Rey Byzas fundaron su colonia de Bizancio en el estuario de Bósforo, conocido como el Cuerno de Oro. Este lugar fue elegido con respecto a los consejos de los oráculos de Delfos, quienes llamaron esta zona “la tierra de los ciegos”, refiriéndose a lo que estas ricas tierras habían pasado por desapercibidas antes de los colonos anteriores.

Después de ser destruida por persas y reconstruida por espartanos en el siglo V a.C., la ciudad pasó de manos a manos entre los atenienses y espartanos, después fue conquistada por los macedonios y formaba parte del imperio de Alejandro Magno, disfrutaba de su independencia hasta el 279 a.C., cuando un tributo le fue impuesto por los celtas.

Desde principios del siglo I d.C. Bizantino formaba parte del Imperio Romano, por lo que en el año 197 d.C. el emperador romano Septimio Severo demolió las murallas de la ciudad para reconstruirlas copiando los recintos amurallados de colonias romanas occidentales.

A principios del siglo IV d.C. Constantino I (Constantino el Grande) empezó la transformación de Bizancio a Constantinopla – la nueva capital del Imperio Romano de Oriente (Imperio Bizantino), del cual recibe su nombre (Constantinopla significa la cuidad de Constantino). Dentro de las murallas se hallaban diez de sus catorce zonas, así como la primera catedral de Santa Sofía y el Gran Palacio.

El periodo de cambios radicales que llegó a mediados del siglo V resultó en la conquista de la parte occidental del Imperio Romano. En cuanto al Imperio Bizantino, aunque en los siglos VII y VIII hubo varias crisis, a partir del siglo IX el Gran Cisma (el Cisma de Oriente y Occidente)

lo llevó a un verdadero auge que siguió siendo el centro cultural y comercial mediterráneo a pesar de la inevitable debilitación del Imperio Romano.

Su privilegiada ubicación que favorecía el comercio y el transporte intercontinental también fue su némesis, porque a lo largo de los siglos siguientes persas, árabes, pueblos nómadas y cruzadas no pararon de atacar a la ciudad. El declive del Imperio Romano de Oriente se produjo en 1453, marcando el final de la Edad Media, cuando el último emperador de Constantinopla Constantino XI perdió su vida en la lucha por esta ciudad, y Mehmed II Fatih (Mehmed el Conquistador) transformó la catedral de Santa Sofía en una mezquita.

El legado del Imperio Otomano, ya que los turcos se adueñaron el total del imperio Bizantino, marcó un gran cambio no solo cultural pero también religioso, con la transformación del mundo cristiano ortodoxo al mundo islámico. No obstante, no todas las iglesias ortodoxas de este periodo fueron demolidas o convertidas en mezquitas, ya que muchas mezquitas nuevas fueron erigidas en la zona para celebrar el cambio. Su nombre fue cambiado por Estambul y la ciudad se convirtió en el centro neurálgico de las campañas militares destinadas a agrandar significativamente el Imperio. La ciudad llegó a ser un centro cultural, político y comercial hasta que la regla otomana fue derrotada en la primera guerra mundial por y la ciudad fue ocupada por los aliados.

En el año 1923 se acabó la Guerra de Independencia turca junto con la proclamación de la República, por lo que la capital fue removida a Ankara por el decreto de Kemal Ataturk. Sin embargo, actualmente Estambul es la ciudad más visitada de Turquía.