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- Cisterna Basílica
- Miniaturk: el paraíso infantil
- Museo Arqueológico de Estambul
- Museo Mevlevi de Gálata y Torre de Gálata
- Santa Sofía
El parque Miniaturk es un ámbito maravilloso lleno de símbolos de la paz, la tolerancia y la justicia donde se reúnen varias civilizaciones que habían contribuido al auge de Anatolia. Con su lema «un pequeño modelo de un gran país», este parque temático se ha convertido en una visualización de Turquía, aplicando los criterios de reputación e importancia para seleccionar los más destacables de miles de edificios históricos para que su copia reducida represente la época correspondiente. Todo es tan fiel a su original, que al salir uno siente como si hubiera viajado a través de todo el país del este al oeste, del norte al este en un abrir y cerrar de ojos.
Siendo el parque en miniatura al aire libre más grande del mundo, alberga 120 modelos de lugares históricos de Turquía y de los antiguos territorios otomanos que se encuentran fuera de Turquía. Aquí se encuentran los modelos de Hagia Sofía y la Mezquita de Selimiye, la fortaleza de Rumeli y la Torre de Gálata, Ephesus y las ruinas de Nemrut, y mucho más. Miniaturk un complejo gigante con superficie total es de 60.000 m2 donde todo está disponible para que los visitantes se diviertan mientras aprenden cosas.
En 1975, después de muchas restauraciones y traspasos, la casa más antigua de la orden Mevlevi en Estambul (construida en 1491) fue reabierta como un museo. En su interior se expone un gran número de piezas de interés relacionadas con la vida de los derviches sufí – tales como ropa Mevlevi, sus pertenencias, manuscritos e instrumentos musicales, así como un holograma de un derviche giratorio. En la planta superior también hay exposiciones del arte otomano y sufí. Los domingos aquí se puede ver los derviches bailando, aunque tras el cierre de las logias sufís, se trata de los bailarines profesionales. El espacio espiritual en su fondo nos introduce en armonía como filosofía de vida, la que se ha convertido en un símbolo de Turquía. Es un lugar inolvidable para todos aquellos quienes están interesados en el sufismo.
Al salir del museo se puede iniciar el descenso a la Torre de Gálata, la que está situada en la colina de Gálata, dominando el Bósforo, el mar de Mármara y el Cuerno de Oro. Construida por los genoveses en 1348 con objetivo de repeler ataques de los bizantinos, el torre también sirvió como una cárcel para los prisioneros de Imperio Otomano. Es muy recomendable venir aquí para contemplar las vistas panorámicas inolvidables de la ciudad.
Situado entre el Palacio Topkapi y el Parque Gülhane, fue el primer museo de Turquía inaugurado en 1891, como consecuencia del descubrimiento de los sarcófagos de los reyes de Sidan en 1887, considerado como el mayor hallazgo del siglo XIX. Conviene recordar que su fundador era Osman Hamdi, el famoso pintor y arqueólogo turco cuya colección de antigüedades se convirtió en una de las más importantes en este campo.
Hoy en día los visitantes pueden observar tres elementos de la colección repartidos por 20 salas en la planta baja, y 16 salas en la primera planta. En el Museo arqueológico de Estambul están exhibidos los restos de la época griega, romana y bizantina, y al subir se pueden ver los hallazgos procedentes de diferentes yacimientos. Además, se puede contemplar los hermosos objetos de Anatolia, Mesopotamia, Egipto y de la Península Árabe. El museo ofrece tres pabellones temáticos dedicados a la arqueología, el arte oriental, la cerámica y joyas excavadas. Además, también cuenta con una enorme biblioteca con más de 45.000 volúmenes que los empleados del museo pueden utilisar para sus investigaciones y estudios.
Construida por el emperador Justiniano I, la Cisterna Basílica es uno de los monumentos más atrayentes que el Imperio Bizantino otorgó a Constantinopla. Otro nombre de esta estructura enorme con puentes de madera en su interior para recorridos circulares es Palacio Sumergido. Se compone de 336 columnas gigantes de templos precristianos que sujetan un techo semejante al de un templo, y tiene capacidad de almacenamiento de 100.000 toneladas de agua. En la época de Imperio Bizantino fue la reserva de agua del Gran Palacio para los periodos de sequía. Después de la Conquista de Estambul, la cisterna fue utilizada para proveer agua al Palacio Topkapi.
Bajando a su profundidad los visitantes entran en un mundo de placidez, donde pueden pasear por las pasarelas, escuchar la música suave y ver los peces que los acompañan en el agua. Por supuesto, las figuras más conocidas de la cisterna son dos cabezas de Medusa que se colocan bajo dos columnas. Hay varias leyendas asociadas con estos ejemplos prodigiosos de la Época Romana: como la que la Medusa tiene poder de convertir a la gente en piedra. ¡No os perdáis este lugar misterioso!
El emblemático templo de Santa Sofía o, como dicen los turcos, Aya Sofya es una de las obras maestras de la época bizantina. Su historia única y especial pasó por distintos períodos: acogió el nacimiento de cristianismo ortodoxo, fue la iglesia del Papa, centro de la religión musulmana hasta convertirse en un museo en el año 1935. Contemplando la estructura de la ciudad es imposible no ver los minaretes y la cúpula de más de 30 metros de diámetro de este hito de la megalópolis multinacional, por lo que Santa Sofía es considerada como el símbolo de la metrópolis. El fascinante interior os cautivará con su belleza y amplitud. La luz difusa reflejada entre los pilares monolíticos, así como las bóvedas adornadas con múltiples mosaicos de gran interés histórico que representan hechos históricos y rostros imperiales os dejaran sin palabras. Esta obra de ingeniería insuperable es una verdadera leyenda viva que ha supervivido imperios y terremotos sigue marcando huella en la historia de la humanidad hasta el día de hoy.
Cierto es, que una imagen vale más que mil palabras. Por este motivo para disfrutar de esta grandiosa y magnífica obra de arte se recomienda visitarla lo antes posible para evitar las grandes colas de su entrada.